La Diosa Bruja.

Las brujas están muy ligadas a la Diosa, sobre todo en su fase senil. A menudo comparten la vejez, la oscuridad, los misterios y la vinculación con la muerte. Las infanticidas y devoradoras como la bruja del cuento de Hansel y Gretel, cuyos orígenes se remontan a Diosas, como las Melanesias, Like-le y Kalwaldi, son creaciones populares: personajes unidimensionalmente malvados cuya crueldad carece de motivos. Medea de Cólquide, que ayudo a Jason en el la busqueda del Vellocino de Oro, es un personaje de estas características que en nombre del amor, sacrifica exagerada e indiscriminadamente, despedaza el cuerpo de su hermano menor y lo dispersa por el mar con el único fin de distraer a su padre y más tarde asesina a sus hijos, para vengar las infidelidades de Jason.

Donde el mito es un elemento vivo del culto y se ha incoporado al folclore, las actividades que la Diosa lleva a cabo con relación a la muerte, se siguen considerando parte del ciclo a largo plazo que perpetua la vida.

Estrechamente vinculada a la muerte y al renacimiento , Isis fue el gran ejemplo de la Maga y el prototipo de incontables hechiceras. Todas las Diosas encarnan el potencial de la Bruja, pero son contadas las que destacan por excepcionales. Las encarnaciones más poderosas y polifacéticas de la divinidad femenina – llámese Isis, Hécate o Kali – suelen ser degradadas por los escépticos y reducidas al tópico unidimensional de la figura de la bruja. Podemos decir que este enfoque permite que la mente humana aborde con más facilidad esos seres peligrosos e imprevisibles y se sienta más segura para ignorarlos o atacarlos, sin miedo a ser castigada. Para los Indios pueblos norteamericanos de Cochiti, mujer Amarilla es una bruja depredadora que persigue de forma implacable a su presa. En los poblados vecinos se convierte en esposa, benefactora o heroína. Para los Keres, su nombre significa Mujer Total, pues el amarillo es el color ceremonial femenino.

Circe en la odisea y Morgan Le Fay en las leyenda artúricas, son ejemplos de brujas que, pese a ser inenarrablemente viejas, se presentan como bellas jóvenes cargadas de sexualidad. En estos casos el encantamiento es una forma engañosa de acceder al amor, lo que supone consecuencias perniciosas, para el amante y para quienes lo quieren. Las epopeyas de la edad media suelen incorporar el tema de la Dama despreciable que seduce al héroe con su juventud y belleza, cuando en realidad, es vieja y fea. El cambio de forma, a menudo es la piedra de toque que permite evaluar las aptitudes del futuro monarca y saber si soportará la carga onerosa ( fea ) de sus deberes como la guerra y los sufrimientos posteriores con el mismo entusiasmo con que asume los privilegios.

Los cuentos de hadas germánico incluyen brujas moralistas como Frau Trude y Frau Holle, siendo esta ultima la versión dulcificada de la Diosa Hulde. Frau Holle castiga que sumarisimamente a una muchacha perezosa y descortés, al tiempo que es generosa con su esforzada hermana. De manera parecida la bruja Baba Yaga del folclore recompensa a la buena y amable Vasilissa y le parte los huesos a su hermana.

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