Archive for enero, 2007

Las lágrimas de una princesa
bajo la Luna llena.

Entre mis adicciones más viejas y sencillas – aunque el placer visual nunca podrá ser sencillo, realmente – se encuentra por supuesto, el cine, la alquimia de transformar una idea en un brillante recuerdo imperecedero. Un privilegio de dioses anónimos, dotar de vida a la paradoja desnuda de la abstracción. El Laberinto del Fauno es una obra donde la belleza se hace mítica, el eco un sentimiento apenas recordado pero completamente real. Una épica diminuta, hermosa y sentida, sobre la fantasia y la crueldad se confunden para crear un sueño fragmentado, rutilante e inolvidable.

Parafraseando una frase que leí en algún lugar sobre el film, diré que si no ha visto esta cinta de Guillermo del Toro háganlo, se los recomiendo desesperadamente.

Canto al enigma.

Antiguamente, las brujas consagradas a la Diosa Hécate (1) realizaban un ritual para, a través de su intervención, entrar en contacto con los espiritus de sus ancestros. El ritual se basaba especificamente en cánticos, que ayudaban a las oficiantes a entrar en un trance profundo donde podían vincularse con las antiguas energías de quienes le precedieron.

Para realizarlo, las brujas se dejaban hundir en la oscuridad de su propia mente, viajando mentalmente al pasado, hasta alcanzar, gracias a un intenso nivel de concentración, a la parte más antigua de su conciencia, a la fuerza viva y poderosa que guarda el conocimiento más profundo de nosotros mismos. Entonces, comenzaban a salmodiar una nota larga. Esta debía contener los cinco antiguos sonidos vocálicos comunes a casi todos los idiomas. Comenzaban con la «A» y luego dejaban que sus notas pasasen a la «E», «I», «O» y «U». Repetian tres veces cada vocal y lentamente, comenzaban a entrar un profundo estado de meditación que les permitía comunicarse con la presencia de sus ancestros, ya fuera a través de imagenes simbólicas, sonidos, visiones o cualquier tipo de comunicación psiquica.

Por lo general, durante la realización del ritual, las brujas recibian un mensaje o signo que traían de vuelta al despertar a la conciencia. Entonces, las brujas intentaban construir una relación coherente entre el mensaje recibido y el presente que vivian. Muchas predicciones acertadas y visualizaciones de gran poder, provenian de estas meditaciones, que se realizaban por lo general en grupo y bajo la luna llena o creciente.

(1) Para las brujas consagradas a la Diosa Hécate, hoy era el día cuando se realizaba este ritual de adivinación.

La ternura de una Madre compasiva.

La Diosa Kwan Yin (1) «la que oye el llanto del mundo», es la más respetada de las deidades del mundo chino. Fruto del sincretismo de Avalokiteshvara con la Diosa Madre tradicional, la cualidad más destacada de Kwan Yin es su Misericordia.

El primer monje budista que se refirió en femenino a Kwan Yin fue Kumarajiva, al traducir al chino el Sutra del Loto en el 406 d. C. En su traducción, siete de las treinta y tres apariciones del Bodhisattva son de género femenino. Con la introducción del Budismo Tántrico o Vajrayana en China durante la dinastía Tang, siglo VIII, fue creciendo en popularidad la representación de Avalokiteshvara como una hermosa Diosa vestida de blanco.

Kwan Yin ha hecho voto de no entrar en los reinos celestiales hasta que todos los seres vivientes hayan completado su proceso de iluminación y se liberen del ciclo de nacimiento, muerte y reencarnación (samsara).

Sus devotos creen que rescatará a quienes acudan a ella en momentos de dificultad, sobre todo ante los peligros producidos por el agua, el fuego o las armas. La Bodhisattva comprende los sentimientos de temor y responde a las peticiones de ayuda con su Compasión. Como Madre Misericordiosa, oye las peticiones de quienes desean tener hijos. Sanación magnificada es atribuida a la inspiración de Kwan Yin.

Para la Tradición de la brujeria que practica mi familia, Kwan Yin representa la fuerza del amor y la compasión. A ella se dedican rituales de amor y prosperidad. Uno muy sencillo de realizar consiste se realiza de la siguiente:

Materiales:

Una manzana.
Una vela roja.
una hoja de papel

Disposición:

Tomaremos la manzana y extraeremos su centro, intentando conservar la fruta completa. Cuidadosamente, sacaremos la semilla y el corazón, conservando el resto. Ahora, tomaremos la hoja de papel y escribiremos en él, un deseo que nuestro espiritu anhele que y que deseemos confiar a la bondad de Kwan Yin. Luego, introduciremos el papel en el centro de la manzana.

A continuación, nos sentaremos sostiendo la manzana entre nuestras manos y colocaremos frente a nosotros la vela roja. Tomando una bocanada de aire, encenderemos la vela mientras realizamos la siguiente invocación:

«Madre hermosa Kwan Yin
Te confio este mi deseo
con toda confianza y todo amor
que tu dulzura sea mi guia
y que tu bondad el norte de mi corazón
Asi sea»

Sostendremos la manzana frente a la llama, y repetiremos mentalmente nuestro deseo varias veces. Finalmente, realizaremos una visualización creativa de nuestro encomienda a la Diosa, imaginandolo cumplido y real.

Para terminar el ritual, enterraremos la manzana en tierra fertil, confiados en la protección y guia de la Diosa.

(1) Para la tradición de la Antigua Religión que practica mi familia, hoy se conmemora el llanto benefactor de Kwan Yin.

El Divino Canto de la naturaleza
y la belleza.

Sarasvati (1), es la Diosa de la fuerza natural. Siendo la esposa de Brahma, se convirtió en la protectora de la música y de las artes. Su nombre significa «quien ha descendido del sol» y se considera en algunas tradiciones, la dualidad femenina de la divinidad creadora Brahma es también conocida como Savitri, Gayatri o Brahmani.

Embarazada por el dios, ella lleva durante cien años celestiales el embrión del día y de la noche, el conocimiento espiritual, las técnicas artísticas y muchos otros aspectos del Universo. Savitri es también el nombre del dorado y brillante dios del amanecer y el ocaso solar, que es el equivalente hindú dios griego Apolo en su esplendor solar y su asociación con poderes creativos benignos. Una tercera Savitri es la mujer mortal de Satyavan, la cual, cuando su marido muere, persuade al dios del submundo, Yama, para que se lo devuelva. Savitri sigue a Yama cuando él se lleva el alma de su marido y, conmovido por la lealtad de la mujer, el dios dice que le concederá un deseo, excepto el de que su esposo vuelva a la vida. Savitri le pide engendrar cien hijos con Satyavan, y Yama no tiene otra salida que devolvérselo.

Indudablemente, este mito del descenso a los infiernos por parte de una mujer fiel en busca de su marido recuerda a Alcestes, en la mitología griega, quien decidió morir en lugar de su amado, y a Isis, en la mitología egipcia, quien buscaba a Osiris por el mundo y fue capaz de recuperar su cuerpo y otorgarle la inmortalidad; en el mito griego de Orfeo y Eurídice es el personaje masculino, Orfeo, quien desciende al reino de los muertos en busca de su amada.

Para la Antigua Tradición que practica mi familia, Sarasvati es la personificación de la belleza de las artes. Un hermoso y pequeño ritual que se realiza para invocar la energía benéfica de la Diosa Sarasvati es el siguiente:

Materiales:

Incienso de sándalo.
Un vaso de agua.

Disposición:

Tomaremos el incienso y lo colocaremos a nuestra derecha y el vaso frente a nosotros. Mientras encendemos el incienso, invocaremos de la siguiente manera:

«Hermosa Saravasti, madre y señora de las artes y de la luz
invoco tu presencia para que impregnes mi mente de la dulzura de tu voz
que hace nacer las artes
en el tiempo y la belleza del nacimiento de las ideas
Que tus ojos me miren con benevolencia
y me permitan aprender el secreto del temperamento y la verdad»

Ahora introducimos los dedos en el vaso de agua, e imaginamos que el agua es la representación de la energía de la Diosa, entrando en contacto con la fuerza de nuestro espiritu, que nos envuelve y nos inflama del fuerza de la emoción más pura y maravillosa. Sintamos a través de la hermosa Sarasvati, la alegria de creer y confiar, la maravillosa determinación de crear y aspirar a la bondad.

Instintivamente sabremos cuando debemos dar por terminada la meditación. Entonces agradeceremos a Sarasvati su presencia y amor, con una invocación personal y espontánea que represente nuestro respeto y maravilla hacia su poder.

(1) Hoy se celebra el Festival de Sarasvati en Nepal.

Las Guerreras de Asgard.

Dentro de la Tradición de la Antigua Religión, las Valquirias (1) (del alemán antiguo Walkyrien) son consideradas importantes personajes de la mitología y folklore escandinava. Eran las hijas de Odín, consideras las criaturas más hermosas de asgard (reino de los dioses) y midgard (tierra de los mortales).

Según la tradición, eran fuertes guerreras con la capacidad de sanar cuaquier lesión cuya tarea consistía en llevar al Valhalla a los héroes caídos en batalla. Allí les atendían sirviéndoles hidromiel y deleitándoles con su belleza. Las Valkirias eran vírgenes guerreras y en otras leyendas que de ellas se cuentan se dice que tenían la facultad de transformarse en cisne. Su residencia habitual era el Wingolf, situado al lado del Valhalla. Las valkirias eran comandadas por la diosa Freya.

La más célebre de las Valquirias, hecha famosa por la obra de Richard Wagner, «El anillo de los nibelungos» fue Brunilda (Brunhild, que significa guerrera morena en alemán antiguo). Brunilda era la reina de las Valquirias y su fuerza era superior a la de una docena de hombres. En la obra de Wagner fue privada de su divinidad por Odín y sumida en un sueño encantado, del que la despertó Sigfrido, quien obtuvo su mano para Gunther. La parte de la ópera titulada: «La cabalgata de las Valquirias» ha sido popularizada en numerosos films como en Apocalypse Now.

Otras Valquirias mencionadas en relatos y leyendas son: Mista, Rista, Hilda, Thruda, Hlök, Herfjotern, Ragyd, Gud, Skogul y Hrund. La más bella de entre las Valquirias era Hnos.

Para la Antigua religión, las walkirias son sinónimo de fuerza del temperamento, decisión, arrojo, audacia, apasionamiento. Una tradición rusa, con raíces escandinavas, sugiere un ritual para despertar el fuego del espiritu a través del poder de las Valkirias.

Para realizarlo, necesitaremos:

Un vela roja.
Cuenco para quemar.
Hojas de árbol frescas.
Un trozo de madera.

Disposición:

Tomaremos la vela roja y la colocaremos frente a nosotros. A Nuestra derecha dispondremos el cuenco para quemar y en su interior, las hojas y el trozo de madera.

Nos concentraremos en la fuerza de nuestro espiritu, más allá del miedo y del temor. Imaginaremos en nuestra mente, una puerta roja que se dibujará como simbolo de nuestros miedos y vacilaciones. Ahora, mientras tomamos largas bocanadas de aire, visualizaremos que abrimos esa puerta y que un brillo muy poderoso y cegador nos envuelve. La puerta ha quedado destruida por ese brillo y toda nuestra mente se inunda de luz.

A continuación, encenderemos la vela diciendo:

«Grandes Hijas de Odín,
de belleza sin igual, de fuerza incomparable y el coraje del guerrero
Les invoco en la luz de mi alma para que me brinden la seguridad, la fuerza y la determinación de creer en mis palabras, en mis pensamientos e ideas.
Que sea mio el coraje del Héroe y la fuerza del vencedor
Que la energía de Odin, vuestro Padre
se manifieste en mi
a través de vuestras magnificas presencias
Asi sea»

Posteriormente, tomaremos las hojas y el trozo de madera para encenderlo en el cuento. Cuidaremos del fuego hasta lograr llamas fuertes y brillantes y entonces realizaremos la siguiente invocación:

«Que el fuego guie mi mente que el canto de las Valkirias llene mi espiritu que el fuego de mis pensamientos se alto y voraz
Asi sea»

Para finalizar el ritual, dejaremos que las hojas y el trozo de madera ardan durante un rato. Instintivamente, sabremos cuando debemos extinguir el fuego. Una vez que lo hagamos hecho diremos:

«Que la fuerza de las Hijas del Valor impregne mi espiritu»

Arrojaremos las cenizas a la tierra, sintiendo la fuerza de las Valkirias, siendo parte de nuestro espiritu.

(1) Para la Antigua Religión, hoy se celebra el día del valor, en honor a las Valkirias.

Camino al Oscar
Nominadas a la mejor actriz en Rol Principal:
Meryl Streep.

Mery Streep nación en New Jersey (EEUU) el 22 de junio de 1949. Con 14 nominaciones es la actriz que más veces ha optado al Oscar. Su talento y su capacidad de meterse por completo en la piel de sus personajes quedan demostrados en films como La decisión de Sophie o Memorias de África.

Interesada por la interpretación desde el instituto, Meryl Streep no empezó a actuar en serio hasta su etapa universitaria en Vassar. Más tarde se inscribió en la escuela de arte dramático de Yale, con cuya compañía participó en más de una treintena de producciones.

Comenzó su carrera como actriz profesional en los circuitos de teatro alternativo de Nueva York. Después pasó a Broadway, donde participó en varios espectáculos y hasta fue nominada a un Tony. En 1977 debutó en televisión y ese mismo año saltó al cine con el drama Julia, de Fred Zinnemann, junto a Vanessa Redgrave y Jane Fonda.

Un año más tarde participó en El cazador, por el que obtuvo una candidatura al Oscar a la mejor actriz secundaria. Fue la primera de
13 nominaciones que han situado a Streep como la intérprete más nominada en la historia de estos premios.

La Academia ha reconocido su trabajo en películas como La mujer del teniente francés, la ya clásica Memorias de África, la romántica Los puentes de Madison, el drama Cosas que importan o la entrañable Música del corazón. Aunque sólo dos veces le ha concedido la estatuilla: en 1979, como secundaria en Kramer contra Kramer, y en 1982, como protagonista de La decisión de Sophie.

Su trabajo durante la década de los 80 consagró a Streep como una de las mejores intérpretes dramáticas de su generación. Meryl quiso entoces demostrar a todos que también podía ser una eficaz actriz cómica, y así lo hizo interviniendo en films como La diablesa o La muerte os sienta tan bien. A mediados de los 90 incluso se atrevió con el cine de acción convirtiéndose en la heroína de Río salvaje.

Otras películas de su filmografía son: Manhattan, Bajo sospecha, Enamorarse, Se acabó el pastel, Tallo de hierro, Un grito en la oscuridad, Postales desde el filo, La casa de los espíritus, Antes y después, La habitación de Marvin…

En 2002 demostró su talento por partida doble en dos grandes títulos del año: Las horas, de Stephen Daldry, donde su trabajo como una de las tres mujeres protagonistas recibió una nominación al Globo de Oro como recompensa, y Adaptation, de Spike Jonze, que le valió un Globo de Oro y una nueva nominación al Oscar como secundaria.

En el 2006 protagoniza «el demonio Viste de Prada» dirigida por David Frankel, quién ha dirigido algunos capítulos de la exitosa serie Sexo en Nueva York y también en la serie Entourage, donde ha explorado los caprichos de la moda y la fama y cuántos sacrificios hay que hacer por ella.

La pelicula es la adaptación filmica del libro homónimo de Lauren Weisberger y que se supone, es al menos semi biografico. En él, la autora cuenta los sinsabores que tuvo que enfrentar al trabajar de asistente de una reconocida editora de revistas de Modas, exigente, impredecible e insoportable. Un papel a la medida de Meryl Streep, por supuesto, que ha creado un personaje magnifico y sobre todo, alejado de los estereotipos comunes de las villanas filmicas. De hecho, considero que su Miranda Priestley es una criatura maquiavélica, más que genuinamente mal intencionada, dualidad que la actriz borda con un magnifico talento e inteligencia.

Predicciones de Deirge:

Creo que las posibilidades de Meryl Streep son muy pocas, enfrentandose a la multipremiada Helen Mirren y a una solida Judi Dench. Su actuación es, como siempre, espléndida, pero a través de la trayectoria de Meryl Streep, podríamos decir que Miranda Priestley es solo una broma, una sátira perfectamente delineada en una pelicula menor. Asi que, creo que Helen Mirren sigue imponiendose y por amplio margen, como la ganadora del premio.

Un instante inevitable de Caos.
Lo admito, soy insolente, impulsiva y mucha veces, incurro en imperdonables errores de convivencia. Podría decir que tengo una boca muy grande, que muchas veces me ha metido en lios. Imprudencia lo llamaba mi abuela. Mala educación le dice mi mamá. Realmente no sé como llamar a ese razgo de mi personalidad, pero lo que si sé es que me es imposible reprimirme, callarme o «suavizar» una opinión por algun tipo de concepto social que no comparto ni acepto. Por supuesto, respeto profundamente la opinión ajena, como espero que la mia sea respetada, pero eso no implica una congruencia en las ideas, o en el peor de los casos, una renuncia a mi propia visión de las cosas en beneficio de una supuesta convivencia. Nunca intentaré convencer a nadie que mi opinión es la correcta. Pero jamás dejaré que alguien me convenza a mí, sin argumentos o una razón valedera, que lo que creo carece de fundamento.

Creo que hago este comentario, porque estoy cansada de las sentencias universales, o mejor dicho los estereotipos de uso común tales como: «los hombres son todos unos desgraciados sin corazón» o «todas las mujeres son superficiales» o peor aun, ideas que sostienen que simplemente, las personas no pueden cambiar, porque el concepto común contruye un limite perfectamente delimitado para su capacidad de evolución. Es por ello, que aborrezco y me enfrento siempre que puedo a la intolerancia, la discriminación, el prejuicio, el soterrado racismo, la hipocresia en el concepto del «otro». Basta ya que las minorias sean segregas por el mero hecho de atreverse a levantar la voz contra la idea establecida. Hagamos un esfuerzo conciente por liberarnos de cánones que probablemente no nos pertencen ni forman parte de nuestro pensamiento cotidiano. No hay ninguna idea escrita, ningun pensamiento que pueda aplicarse para reprimir sobre algo tan hermoso y avasallante como la mente humana. Somos seres ilimitados en nuestros sentimientos, pasiones y deseos. Pequeños Dioses, dictatoriales, magnificos y poderosos, en las fronteras de nuestro Universo personal.

Una infinita libertad de expresión, por supuesto, un magnifico cosmos de las ideas. Irreprimibles, insolentes, transgresores de la idea. Ese es el mundo que deseo, con el que sueño, el que construyo cada día. Esa es mi máxima aspiración.

Inevitable tal vez, ¿No es así?

Camino al Oscar
Nominadas a la mejor actriz en Rol Principal:
Judi Dench.

Judi Dench nació el 9 de diciembre de 1934 en el seno de una familia de religión cuáquera. Finalizada su educación elemental, estudió interpretación en el Central School of Speech and Drama en Londres.

En Liverpool, en 1951, debutó con la obra Hamlet, en la que encarnó a Ofelia. De esta manera inció su carrera teatral. En 1961 se unió a la Royal Shakespeare Company, en la que coincidió con el actor Edward Woodward. Por esas fechas se casó con el actor Michael Williams. Desde entonces se ha asociado su nombre a la alta cultura y al teatro. A ello contribuyó en parte su trabajo en obras como Romeo y Julieta (1960) bajo las órdenes de Franco Zeffirelli.

En 1965 ganó su primer BAFTA, aunque siempre optó por su preferencia hacia el teatro. Cuatro años después logró su mayor éxito de público al subirse a las tablas para ser Sally Bowles en Cabaret en 1969.

Durante década y media Judi Dench estrenó sobre las tablas The Good Companies (1974), The Wolff (1974), MacBeth (1977), Juno y Paycock (1980) y La importancia de llamarse Ernesto (1982).

En 1985 dirigió a Kenneth Branagh y a Emma Thompson en la versión teatral de Mucho ruido y pocas nueces. Mientras la obra se mantuvo en cartel, Judi Dench rodó con Vanessa Redgrave la película Wetherby.Doce meses después, James Ivory le asignaría su primer papel importante en el mundo del cine, el de la escritora que traicionaba los secretos que le confiaba una amiga en Una habitación con vistas, que le supuso su segundo BAFTA.

En 1988 como reconocimiento a su carrera, la Reina Isabel II le otorgó el título de Dama del Imperio Británico.

Su carrera cinematográfica empezó a despuntar. Su pupilo Branagh le ofreció papeles pequeños en sus adaptaciones de William Shakespeare, Enrique V (1989) y Hamlet (1996), donde Judi Dench compartió encuadre con John Gielgud.

Así mismo Pierce Brosnan pensó en convertir a M, el jefe del servicio de inteligencia británico, en una mujer en Goldeneye (1995). Judi Dench fue su primera elección, ya que consideró que podía dotar el personaje de cierto autoritarismo. Desde entonces ha repetido el papel en El mundo nunca es suficiente (1997), El mañana nunca muere (1999) y Muere otro día (2002), donde M considera a James Bond un anacronismo viviente, un despojo de la guerra fría, inútil en un mundo en expansión (Fernández Valentí, 2002).

Empero, el reconocimiento de la industria americana le llegó con Su majestad Mrs. Brown (1997), donde encarnó a una Reina Victoria de Inglaterra asolada por la viudez y volvería a sonreír gracias a Mr. Brown. El papel le supuso una candidatura a los Oscar y el Globo de Oro a la mejor actriz dramática, entre otras distinciones.

El realizador del filme, John Madden, volvió a contar con ella para Shakespeare enamorado (1998), en la que Judi Dench se vio obligada a ponerse una horrible dentadura postiza. En dura pugna con Kathy Bates, Judi Dench obtuvo el Oscar a la mejor actriz de reparto por un papel con sólo ocho minutos en pantalla, sólo tras haber aguantado una broma de Whoopi Goldberg al principio de la ceremonia, en la que la maestra de ceremonias había anunciado que tras ser la Reina Victoria I y a Isabel Tudor, Judi Dench también daría vida al año siguiente a otra reina: George Michael.

Al año siguiente Judi Dench encabezó el plantel de actores en La opinión de Amy en Broadway, valiéndole el premio Tony. En cine rodó junto a Cher, Maggie Smith, Joan Plowright y Lily Tomlin, Té con Mussolini; bajo las órdenes de un Franco Zeffirelli que pretendía rendir homenaje a unas mujeres que conocieron el desencanto y lucharon por preservar la dignidad de la vida -incluyendo en ella las manifestaciones artísticas- durante la dictadura italiana.

En 2000 Judi Dench regresó al Shirne Auditorium para entregar el Oscar a Michael Caine por su papel en «Las normas de la casa de la sidra», dirigida por Lasse Hallström, quien estaba trabajando en ese momento con la actriz en el filme Chocolat. En él la oscarizada intérprete encarnó a una anciana que mantenía malas relaciones con su hija, quien le prohibía a su madre mantener relación alguna con su nieto y que gracias a su amiga Vianne (Juliette Binoche) lograba recuperarse de sus sin sabores en su fiesta de su setenta cumpleaños. Su trabajo le valió el premio del sindicato de actores (Screen Actors Guild), así como unas respectivas candidaturas a los Oscar, el BAFTA y los Globos de Oro, en cuya ceremonia fue designada como mejor actriz protagonista de un telefilme llamado Las últimas rubias explosivas , en cuyo reparto figuraban Ian Holm, Leslie Caron y Olympia Dukakis. Desgraciadamente su triunfo profesional coincidió con el fallecimiento de su marido.

En 2001 estrenó Atando cabos, de nuevo bajo las órdenes de Lasse Hallström, donde dio vida a una mujer lesbiana que había sido violada de pequeña por su propio hermano y que de mayor había decidido construir un futuro en Nueva Escocia con la compañía de su sobrino (Kevin Spacey). Ese año se puso bajo la piel de Iris Murduch en Iris, donde la mirada perdida de un ser cuya memoria se descompone paulatinamente le valió otra candidatura al Oscar.

En 2002 compaginó una gira teatral con Maggie Smith con un pequeño papel en La importancia de llamarse Ernesto (Oliver Parker), en la que compartía estrellato con Colin Firth, Ruppert Everett, Frances O´Connor, Reese Witherspoon, Tom Wilkinson y Anna Massey.

En 2004 rodó de nuevo con Maggie Smith La última primavera, en la que Judi Dench interpretó a una mujer que acogía a un joven naúfrago (Daniel Brühl), del que no podía evitar enamorarse tras una vida solitaria exenta de afecto. Más tarde Maggie y ella optaron al Premio del Público de la Academia de Cine Europea.

En 2005 encadenó la filmación de Notes On a Scandal (Richard Eyre), Orgullo y prejuicio y Mrs. Henderson presenta (Stephen Frears). En la primera Judi Dench encarnó a Barbara Cobett, una profesora que apoya a otra compañera acusada de acostarse con un alumno de manera no altruista. En la segunda, la actriz se puso en la piel de vieja rica que se oponía al matrimonio entre su sobrino y una joven de más baja condiición. En la tercera recreó la vida de Laura Henderson, una mujer que regentaba un teatro en el que las actrices ofrecían sus atributos -sin moverse por el escenario- mientras asumía la pérdida de su hijo en la primera guerra mundial y la de su marido. Las tres películas mostraban el perfil de dama autoritaria, aunque con el matiz de que en la segunda se distinguía por su conservadurismo y en las otras por su ideología liberal.

Al finalizar el año la actriz recibió dos satisfacciones: el 27 de octubre de 2005 fue nombrada Dama de Honor por la Reina Isabel II y el 13 de diciembre de 2005 fue nominada de nuevo al Globo de Oro. Un mes después disfrutaba de su quinta candidatura al Oscar y otra mención para los BAFTA.

Derrotada por Reese Witherspoon en todos los premios, Judi Dench volvió a interpretar a M en Casino Royale, viéndose obligada a defender a Daniel Craig, el intérprete que sustituía a Pierce Brosnan como James Bond, ante las reiteradas quejas de los fans de la serie. En ella la jefa del espionaje británico veía como 007 se metía en su casa sin su permiso y la colgaba por teléfono mientras vigilaba expectante su evolución. Un mes después se pronunciaba junto a Vanessa Redgrave y Dianna Rigg contra el cierre de Museo del Teatro del Museo Victoria and Albert (VA) de Londres.

Finalizado su nueva participación en la saga Bond, Judi Dench estrenó en Broadway Hay Fever’, según el texto de Neil Coward. Mientras tanto aguardaba el inicio del rodaje de The Corrections (Robert Zemeckis) donde interpretaría a la matriarca de una familia disfuncional descrita en el texto de David Hare.

A finales de 2006 se anunció su séptima candidatura a los Globos de Oro por Diario de un escándalo y su sexta a los oscar.

Predicciones de Deirge:

Judi Dench es una actriz competente que usualmente tiene altas posibilidades de alzarse con la estuilla, debido a que es una personalidad respetada en el mundo del espectáculo y suele intervenir en proyectos dramáticos de alta factura. En «Notes on a Scandal“, está dirigida por el británico Richard Eyre. El film es una adaptación de la novela homónima de Zoë Heller, que quedó finalista del premio Booker en 2003. Tuve el placer de leer el libro hace unos meses y debo decir que el personaje que interpreta Dench es magnifico, a la altura del registro actoral de la actriz. La película cuenta la historia de dos profesoras londinenses que trabajan en la misma escuela y mantienen en principio una buena relación de amistad. Pero todo cambia cuando acusan a Sheba Hart (Cate Blanchett) de seducir a su alumno adolescente y estalla el escándalo en la escuela. La única que defenderá a la acusada será la veterana Barbara Covett (Judi Dench) pero no lo hará desinteresadamente, todo lo contrario, aprovechará la defensa para sacar provecho de ella.

El factor en contra de las posibilidades de Judi Dech de ganar el Oscar, es por supuesto, la presencia de Helen Mirren entre las nominadas, por las razones que mencioné en el post dedicado a Penélope Cruz. Tampoco le favorece hecho que «Notes on a Scandal» sea una pelicula modesta, de productores desconocidos y que no tuvo una gran presencia en las carteleras de cine. La distribución entre los votantes de la academia ha sido minoritaria y de baja calidad, lo que incide de manera determinante en las votaciones y decisión final.

En conclusión, creo que si se tratara unicamente de un duelo actoral, las posibilidades de la actriz serían bastante parejas con las que se le adjudican a Helen Mirren, pero como en el resultado de la premiación influye enormemente en otros criterios, creo que Judi Dech lleva, en este caso las de perder ante su compatriota Helen Mirren.

Camino al Oscar
Nominadas a la mejor actriz en Rol Principal:
Judi Dench.

Judi Dench nació el 9 de diciembre de 1934 en el seno de una familia de religión cuáquera. Finalizada su educación elemental, estudió interpretación en el Central School of Speech and Drama en Londres.

En Liverpool, en 1951, debutó con la obra Hamlet, en la que encarnó a Ofelia. De esta manera inció su carrera teatral. En 1961 se unió a la Royal Shakespeare Company, en la que coincidió con el actor Edward Woodward. Por esas fechas se casó con el actor Michael Williams. Desde entonces se ha asociado su nombre a la alta cultura y al teatro. A ello contribuyó en parte su trabajo en obras como Romeo y Julieta (1960) bajo las órdenes de Franco Zeffirelli.

En 1965 ganó su primer BAFTA, aunque siempre optó por su preferencia hacia el teatro. Cuatro años después logró su mayor éxito de público al subirse a las tablas para ser Sally Bowles en Cabaret en 1969.

Durante década y media Judi Dench estrenó sobre las tablas The Good Companies (1974), The Wolff (1974), MacBeth (1977), Juno y Paycock (1980) y La importancia de llamarse Ernesto (1982).

En 1985 dirigió a Kenneth Branagh y a Emma Thompson en la versión teatral de Mucho ruido y pocas nueces. Mientras la obra se mantuvo en cartel, Judi Dench rodó con Vanessa Redgrave la película Wetherby.Doce meses después, James Ivory le asignaría su primer papel importante en el mundo del cine, el de la escritora que traicionaba los secretos que le confiaba una amiga en Una habitación con vistas, que le supuso su segundo BAFTA.

En 1988 como reconocimiento a su carrera, la Reina Isabel II le otorgó el título de Dama del Imperio Británico.

Su carrera cinematográfica empezó a despuntar. Su pupilo Branagh le ofreció papeles pequeños en sus adaptaciones de William Shakespeare, Enrique V (1989) y Hamlet (1996), donde Judi Dench compartió encuadre con John Gielgud.

Así mismo Pierce Brosnan pensó en convertir a M, el jefe del servicio de inteligencia británico, en una mujer en Goldeneye (1995). Judi Dench fue su primera elección, ya que consideró que podía dotar el personaje de cierto autoritarismo. Desde entonces ha repetido el papel en El mundo nunca es suficiente (1997), El mañana nunca muere (1999) y Muere otro día (2002), donde M considera a James Bond un anacronismo viviente, un despojo de la guerra fría, inútil en un mundo en expansión (Fernández Valentí, 2002).

Empero, el reconocimiento de la industria americana le llegó con Su majestad Mrs. Brown (1997), donde encarnó a una Reina Victoria de Inglaterra asolada por la viudez y volvería a sonreír gracias a Mr. Brown. El papel le supuso una candidatura a los Oscar y el Globo de Oro a la mejor actriz dramática, entre otras distinciones.

El realizador del filme, John Madden, volvió a contar con ella para Shakespeare enamorado (1998), en la que Judi Dench se vio obligada a ponerse una horrible dentadura postiza. En dura pugna con Kathy Bates, Judi Dench obtuvo el Oscar a la mejor actriz de reparto por un papel con sólo ocho minutos en pantalla, sólo tras haber aguantado una broma de Whoopi Goldberg al principio de la ceremonia, en la que la maestra de ceremonias había anunciado que tras ser la Reina Victoria I y a Isabel Tudor, Judi Dench también daría vida al año siguiente a otra reina: George Michael.

Al año siguiente Judi Dench encabezó el plantel de actores en La opinión de Amy en Broadway, valiéndole el premio Tony. En cine rodó junto a Cher, Maggie Smith, Joan Plowright y Lily Tomlin, Té con Mussolini; bajo las órdenes de un Franco Zeffirelli que pretendía rendir homenaje a unas mujeres que conocieron el desencanto y lucharon por preservar la dignidad de la vida -incluyendo en ella las manifestaciones artísticas- durante la dictadura italiana.

En 2000 Judi Dench regresó al Shirne Auditorium para entregar el Oscar a Michael Caine por su papel en «Las normas de la casa de la sidra», dirigida por Lasse Hallström, quien estaba trabajando en ese momento con la actriz en el filme Chocolat. En él la oscarizada intérprete encarnó a una anciana que mantenía malas relaciones con su hija, quien le prohibía a su madre mantener relación alguna con su nieto y que gracias a su amiga Vianne (Juliette Binoche) lograba recuperarse de sus sin sabores en su fiesta de su setenta cumpleaños. Su trabajo le valió el premio del sindicato de actores (Screen Actors Guild), así como unas respectivas candidaturas a los Oscar, el BAFTA y los Globos de Oro, en cuya ceremonia fue designada como mejor actriz protagonista de un telefilme llamado Las últimas rubias explosivas , en cuyo reparto figuraban Ian Holm, Leslie Caron y Olympia Dukakis. Desgraciadamente su triunfo profesional coincidió con el fallecimiento de su marido.

En 2001 estrenó Atando cabos, de nuevo bajo las órdenes de Lasse Hallström, donde dio vida a una mujer lesbiana que había sido violada de pequeña por su propio hermano y que de mayor había decidido construir un futuro en Nueva Escocia con la compañía de su sobrino (Kevin Spacey). Ese año se puso bajo la piel de Iris Murduch en Iris, donde la mirada perdida de un ser cuya memoria se descompone paulatinamente le valió otra candidatura al Oscar.

En 2002 compaginó una gira teatral con Maggie Smith con un pequeño papel en La importancia de llamarse Ernesto (Oliver Parker), en la que compartía estrellato con Colin Firth, Ruppert Everett, Frances O´Connor, Reese Witherspoon, Tom Wilkinson y Anna Massey.

En 2004 rodó de nuevo con Maggie Smith La última primavera, en la que Judi Dench interpretó a una mujer que acogía a un joven naúfrago (Daniel Brühl), del que no podía evitar enamorarse tras una vida solitaria exenta de afecto. Más tarde Maggie y ella optaron al Premio del Público de la Academia de Cine Europea.

En 2005 encadenó la filmación de Notes On a Scandal (Richard Eyre), Orgullo y prejuicio y Mrs. Henderson presenta (Stephen Frears). En la primera Judi Dench encarnó a Barbara Cobett, una profesora que apoya a otra compañera acusada de acostarse con un alumno de manera no altruista. En la segunda, la actriz se puso en la piel de vieja rica que se oponía al matrimonio entre su sobrino y una joven de más baja condiición. En la tercera recreó la vida de Laura Henderson, una mujer que regentaba un teatro en el que las actrices ofrecían sus atributos -sin moverse por el escenario- mientras asumía la pérdida de su hijo en la primera guerra mundial y la de su marido. Las tres películas mostraban el perfil de dama autoritaria, aunque con el matiz de que en la segunda se distinguía por su conservadurismo y en las otras por su ideología liberal.

Al finalizar el año la actriz recibió dos satisfacciones: el 27 de octubre de 2005 fue nombrada Dama de Honor por la Reina Isabel II y el 13 de diciembre de 2005 fue nominada de nuevo al Globo de Oro. Un mes después disfrutaba de su quinta candidatura al Oscar y otra mención para los BAFTA.

Derrotada por Reese Witherspoon en todos los premios, Judi Dench volvió a interpretar a M en Casino Royale, viéndose obligada a defender a Daniel Craig, el intérprete que sustituía a Pierce Brosnan como James Bond, ante las reiteradas quejas de los fans de la serie. En ella la jefa del espionaje británico veía como 007 se metía en su casa sin su permiso y la colgaba por teléfono mientras vigilaba expectante su evolución. Un mes después se pronunciaba junto a Vanessa Redgrave y Dianna Rigg contra el cierre de Museo del Teatro del Museo Victoria and Albert (VA) de Londres.

Finalizado su nueva participación en la saga Bond, Judi Dench estrenó en Broadway Hay Fever’, según el texto de Neil Coward. Mientras tanto aguardaba el inicio del rodaje de The Corrections (Robert Zemeckis) donde interpretaría a la matriarca de una familia disfuncional descrita en el texto de David Hare.

A finales de 2006 se anunció su séptima candidatura a los Globos de Oro por Diario de un escándalo y su sexta a los oscar.

Predicciones de Deirge:

Judi Dench es una actriz competente que usualmente tiene altas posibilidades de alzarse con la estuilla, debido a que es una personalidad respetada en el mundo del espectáculo y suele intervenir en proyectos dramáticos de alta factura. En «Notes on a Scandal“, está dirigida por el británico Richard Eyre. El film es una adaptación de la novela homónima de Zoë Heller, que quedó finalista del premio Booker en 2003. Tuve el placer de leer el libro hace unos meses y debo decir que el personaje que interpreta Dench es magnifico, a la altura del registro actoral de la actriz. La película cuenta la historia de dos profesoras londinenses que trabajan en la misma escuela y mantienen en principio una buena relación de amistad. Pero todo cambia cuando acusan a Sheba Hart (Cate Blanchett) de seducir a su alumno adolescente y estalla el escándalo en la escuela. La única que defenderá a la acusada será la veterana Barbara Covett (Judi Dench) pero no lo hará desinteresadamente, todo lo contrario, aprovechará la defensa para sacar provecho de ella.

El factor en contra de las posibilidades de Judi Dech de ganar el Oscar, es por supuesto, la presencia de Helen Mirren entre las nominadas, por las razones que mencioné en el post dedicado a Penélope Cruz. Tampoco le favorece hecho que «Notes on a Scandal» sea una pelicula modesta, de productores desconocidos y que no tuvo una gran presencia en las carteleras de cine. La distribución entre los votantes de la academia ha sido minoritaria y de baja calidad, lo que incide de manera determinante en las votaciones y decisión final.

En conclusión, creo que si se tratara unicamente de un duelo actoral, las posibilidades de la actriz serían bastante parejas con las que se le adjudican a Helen Mirren, pero como en el resultado de la premiación influye enormemente en otros criterios, creo que Judi Dech lleva, en este caso las de perder ante su compatriota Helen Mirren.

Holocausto de Ideas.

La ONU conmemoró ayer, por segundo año consecutivo, el Día Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto, en una ceremonia en la que se hizo un llamamiento para acabar con el racismo, el fanatismo y la intolerancia. Lamentablemente, lo que podría ser considerado un día solemne, donde reflexionemos sobre el odio a la libertad y la intolerancia en general, se convirtió en un fecha especificamente egoista, no solo en cuanto a su significado, sino en la manera como se aborda el tema. En otras palabras, conmemoramos la muerte del odio, pensando en el valor del rencor y en su manera de perdurar sobre los principios.

Todos conocemos la historia: La puntillosa recopilación histórica de Coeetze y Sontag; las imagenes grandielocuente y manipuladora de Spielberg. Inolvidable, el retablo pequeño y dolorosamente patético del Pianista de Polansky. La pesadilla cotidiana del holocausto en el rostro de Meryl Streep. La cultura pop, tantas veces vapuleada por su ramplona banalidad, encontró en la tragedia judia un simbolo contra el odio, la exclusión y el horror de la intolerancia. Hablamos de victimas, torturas indescriptibles, lo absurdo de la muerte de un segmento étnico bajo el peso de un ideal inconcebible. Sin embargo, la idea no trasciende la tragedia intrinseca del pueblo judio ( indiscutiblemente dolorosa y repudiable), sino que se instala en un primer escaño del razonamiento: la victima del poder y las consecuencias historicas del odio racial. No avanza más arriba, a lo más peliagudo y abstracto de la pesadilla. La intolerancia del marginado, en cualquier época y lugar. La huella del yo superior pragmático y cruel. Las grandes voces de protestas por las atrocidades cometidas no alcanzan a los segregados de siempre, al silencioso temor escondido para quienes el racismo es un enemigo invencible.

El Holocausto judio solo es una de las rostros más conocidos de un baile de máscaras que siempre ha ocultado lo más mezquino de la naturaleza humana. La discriminación es un hecho perpetuo en la historia. ¿Cuantas muertes no han ocurrido por el miedo a las diferencias? ¿por la necesidad de imponer un credo sobre otro? ¿cuantas veces una supuesta verdad no ha sido esgrimida en bien del grupo poderoso de turno? El holocausto judio es una de las mayores pruebas de lo que puede albergar el alma humana en su estrato más bajo y primitivo. Pero, ¿Alguna voz se alzó contra el aparteheid, fenómeno sudafricano inconcebible, cuando fue admitidio legalmente por la ONU, como derecho a la autodeterminación de los pueblos y aplicado durante casi 10 años? ¿Cual es la fecha en la que conmemoramos las muerte de esclavos en plantaciones, ocurridas de manera sistemática por casi 150 años? ¿Donde están las exhaustivas revisiones históricas sobre la quema de brujas en Europa y America, donde miles de mujeres inocentes sucumbieron al prejuicio masculino? Son solo algunos casos de los millones que han sido olvidados, archivados en la memoria colectiva. Probablemente, no son tan interesantes como para escribir un libro prominente, o realizar una pelicula que mueva las conciencias. Y eso es lo que me produce temor. Nos olvidamos de los negros, indigenas, brujas, musulmanes, mujeres, segregados, muertos, torturados. Recordamos los sucesos de Birkenau por recientes , por obvios, indiscutibles. Pero si esos sucesos ocurrieron fue precisamente, por ese olvido selectivo, ese mutismo en hechos que de otra manera, nos hubieran alertado que algo tan atroz estaba latente bajo la perorata del odio, bajo la proclama de la verdad absoluta.

El odio, en todas sus formas, es execrable. Pero aun más lo es, la ignorancia hacia sus consecuencias. El odio es el horror vivo de nuestros peores temores. Una pesadilla de Brueghel bajo la cara de un hombre común.

« Previous entries